Las Exes de la Vida
Por la Nociva
Rebelde.
(18/06/2010)
Desde hace poco me he dado cuenta que mi vida se
ha llenado de incongruencias, siendo una de las más grandes mi distanciamiento
para con las tan amadas y deseadas mujeres fletas de mi larga y delgada faja de
tierra.
Yo no fumo, y aún así quedo pasada a cigarro
siempre que me junto con amigos. Tampoco tomo, y sin embargo siempre termino
mojada por algún copete de mis jugosos amigos (los mismos fumones). Y claro, la
guinda de la torta: luego de años sin salir a las maracotecas nortinas,
cuando finalmente me decido a probar nuevamente las diferentes variedades de
tortas nocturnas, ¡Chan! Aparece en el mismo cuchitril el personaje del pasado:
la ex.
La ex es el personaje que
no podemos evitar encontrarnos en los momentos menos oportunos y –en mi caso-
con las personas menos indicadas. Las exes de mi vida son como la torta en forma de dick que apareció en un
episodio de “Friends” para el
cumpleaños de Emma: un gran EPIC FAIL. Claro, hay relaciones con las exes que
si se pueden soportar y en las que realmente se puede quedar como amigas, pero
no en mis casos. A mi las exes siempre me han funado, ya sea apareciéndose en
discos, o mandando correos inapropiados que justo leen las futuras exes, o
llamadas en los momentos “acalorados” de la vida.
Nuevamente, ser amiga de
una ex es la GRAN contradicción de la mayoría de las fletas que conozco.
Reflexiono: ¿Soy tan monga acaso como para pensar que todo el drama que hubo en
una relación en donde el amor mantenía todo OK, MILAGROSAMENTE
va a desaparecer porque ahora somos amigas? Y si finalmente decido ser amiga de
una de mis exes, ¿Estoy realmente conciente de lo que eso conlleva? Porque, no
nos pisemos la capa entre súper héroes (que en mi caso sería la Mujer
Lesbiónica), cuando tratamos de ser amigas con nuestras exes definimos una
delgada línea entre lo que se permite en la “amistad” y lo que no. Obviamente,
para llegar a esa etapa es primero importantísimo dejar atrás el “follón de
despedida”. Así que por favor no intenten ser amigas de sus exes sin haber
pasado por eso, porque de lo contrario prepárense para enredos y más lesbian
drama del que sufrieron al terminar con la susodicha.
Lo que me molestaría de
ser amiga de una de mis exes serían (a grandes rasgos) dos cosas: 1) Tener esa
intimidad que ni es tan intima, y que en realidad podría perfectamente
compartir con mi actual pareja, porque a fin de cuentas de eso se trata TENER
una pareja, ¿Right? Y 2) Saber que ella
está con una mina más linda, simpática, tierna, comprensiva y todas las cosas
que yo no fui, porque obviamente es como KRIPTONITA para mis súper poderes
LESBIÓNICOS.
Ahora, he de morderme la
lengua y seguir aguantándome los encontrones con exes, porque la ciudad es
chica, hay pocas maracotecas y eventualmente me encontraré con ellas en algún
lugar.
Yo no odio a mis exes. Las quiero…pero bien lejitos de mi.
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Actualización (11/02/2014)
Esto fue escrito hace 4 años atrás. Obviamente mi situación ha cambiado notablemente, pero eso será material para otra entrada.
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Actualización (11/02/2014)
Esto fue escrito hace 4 años atrás. Obviamente mi situación ha cambiado notablemente, pero eso será material para otra entrada.
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